Muchas cosas cambian tras una lluviecita como las de acá, como por ejemplo: la temperatura baja, las veredas se llenan de musgo, desaparecen los cuervos (que parecen ser muy friolentos) y el río Lee amenaza con desbordarse. La gente que vive a las orillas del río debe pasar susto cada vez que llueve, pero en realidad la cosa nunca pasa a mayores. Es sólo una curiosidad más para que los turistas tomen fotos. Aquí va una composición antes-después.
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